IVORY PRESS: ZAHA HADID
Esta exposición muestra todo el
desarrollo intelectual a lo largo de su carrera de esta persona que se nos
descubre como artista. El principal factor a tener en cuenta en la exposición
es que no intenta tanto mostrar una serie de objetos, sino que nos ofrece todo
un proceso de trabajo y de pensamiento mucho más enriquecedor que la obra
resultante, una forma de pensar, de trabajar, de entender, de evolucionar y de
experimentar. Se nos ofrece la oportunidad no solo de ver el edificio resultante,
sino estar por unos instantes en la cabeza de la creadora, de su proceso, como
concibe esos escenarios e ideas que después con mayor o menor fidelidad llegará
a la luz, y sobre todo como concebir desde el arte.
Los distintos puntos de vista que se
aprecian en las pinturas, los mundos multidimensionales en relieve, juegos de
colores experimentación con formas… son las bases de trabajo sobre las que
después se aplicarán una serie de condiciones para poder pasarlo al plano real,
pero firme en sus conceptos.
Todo esto también se lleva a cabo a
la hora de montar la exposición, porque afortunadamente, de todo en caos del
que extrae las ideas, es capaz de componer un orden jerarquizando piezas y
generando la exposición como un todo, que se puede entender desde cualquier
punto de la sala.
Los distintos materiales, los
diversos colores, las múltiples luces… son los elementos que componen las
distintas perspectivas que generan la imagen individual y de conjunto, como
unas se sirven a otras, como se conducen entre ellas, primeros, segundos y
terceros planos, relieves y planos, colores, blancos y negros. Todo esto hace
posible que te puedas detener frente a una figura, pero que desde otro punto la
vuelvas a observar pero ahora enmarcada por otro elemento o apareciendo una
serie de colores y composiciones de fondo.
Se juega con la atracción y
contraste visual, que generan atmosferas específicas para cada lugar de la
sala. La combinación de una gran masa amorfa negra combinada con una seriación
de objetos permite que desde lejos gane fuerza la masa, pero de ceca te sirva
como fondo neutro para evitar distracciones, las combinaciones de volúmenes en
escala de grises a lo largo de la sala que se ve muy enriquecida por una
segunda gama de grises producido por el juego de luces y sombras. En
definitiva, es una sala muy experimental, que además sabe no cargar ningún
punto y repartirlo temáticamente y ceder los espacios necesarios a cada objeto
en función de sus necesidades de luz, exclusividad y composición, además de hacerlo
en una secuencia lógica de atracción a la mirada mediante focos atrayentes: un
acceso de cuadros mucho más sobrios y de contemplación, una mesa y formas
orgánicas como reclamo de fondo con sus necesarios distanciamientos y
colocaciones exentas para de nuevo abrirnos paso a todo un mundo de
sensaciones, donde destaca la luz y trasparencia con la mesa de cristal y la
oscuridad y opacidad con la masa amorfa colgada del techo con distintos
escenarios intermedios colocados como transición.
A pesar de los elevados costos y
medios que esto supone y de la exclusividad de la obra, el conjunto permite un
nivel de lectura en la exposición extraordinariamente rico, que hace los
placeres de todo aquel que quiere ver.
Grados de lectura
Disposición de la sala y perspectivas
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