PALACIO DE CRISTAL:
La exposición de nacho criado tiene
muchos frentes de análisis como para aventurarse a definirla dentro del
gradiente bueno-malo. Atendiendo al montaje expositivo y su distribución en la
sala, salta a la vista que no está ubicada de forma artística con toda la
complejidad que esto implicaría, sino que se expone de forma objetual, donde
las distintas obras ocupan los puntos centrales de las varias subdivisiones en
que se podría entender el palacio de cristal. Esto reduce muy notablemente las
sensaciones que pueda transmitir al visitante, puesto que podría verlo de igual
manera en cualquier otra sala del mundo en vez de apreciar juegos y conexiones
que ofrece este gran escenario.
Se debe alabar la afinidad que
presenta la obra del artista con el pabellón que lo contiene, y por ende la
elección de exponerlo en ese lugar y no en otro. El motivo no es sino el choque
entre los distintos estados de una misma materia, unidos por las cualidades
comunes propias del vidrio como los reflejos, las transparencias, la ligereza…
Aquí podríamos entrar a hablar de un juego de escalas, donde continente y
contenido manejan un mismo léxico e incluso podemos encontrarnos con este hecho
hasta en un segundo grado en el caso de los vidrios rotos dentro de las mamparas.
Dentro de la propia exposición,
podemos hacer juicio sobre las obras de arte. Se debe valorar el resultado
alcanzado al trabajar con materiales reciclados y medios en consonancia, y como
con el proceso imaginativo y de creación ha sabido transformar el “desecho” en
algo nuevo y con entidad propia. También es virtud la diversidad de
interpretaciones que se pueden hacer sobre la obra, ya que se puede mirar en
juegos de reflejos y transparencias, mensajes ocultos que describen la sociedad
actual, composición entre elementos dentro de la obra, obsolescencia, desgaste,
durabilidad, reciclaje… aunque su virtud acabe siendo en cierta medida su
defecto, ya que la exposición evocaba más a una interpretación racional que a
la emocional, siendo el propio palacio de cristal quien en parte supliera esa
carencia de fuertes sensaciones mediante su impactante espacio interior.
Una pequeña aportación que se
pudiera hacer a la exposición, es la de intentar una exposición como un todo
donde se pudiera reconocer a su vez las distintas entidades independientes y de
significado, pero que aunasen sus fuerzas para evocas sensaciones y permitir
aprovechar la potencia que generaría en juego de los puntos de vista en vez de
la monótona centralidad del objeto sobre las distintas figuras geométricas de
la planta. Además se podría complementar la exposición con luces
complementarias que no solo permitieran mirar la obra, sino que revelaran
nuevos significados ocultos mediante luces internas, oblicuas y sus sombras,
indirectas o incluso introduciendo pequeñas notas de color. Todos estos
comentarios deben contextualizarse dentro de la discusión y crítica a una
exposición de un elevadísimo nivel, donde las acusaciones ejercidas no dejan de
ser percepciones personales y subjetivas.
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